
¡No sé que hacer con mi vida! ¿Sientes que necesitas cambiar de vida?
¿Has perdido tu creatividad?
¿Has perdido la chispa y la alegría espontánea?
¿Has perdido la motivación e ilusión?
Quizás sea el momento de reinventar tu vida.
Cuando no sabes qué hacer con tu vida.
Saber qué hacer con tu vida a los 20, reinventarte a los 30, cambiar de vida a los 40, aprovechar oportunidades a los 50 e invirtiendo en lo que te queda de tiempo a los 60, son los retos de todos a lo largo de la particular vida de cada uno/a.
Párate un momento y empieza a tomar consciencia
Si quieres cambiar de vida, primero analiza y después determina lo que debes realmente cambiar, mejorar, omitir de pensar o hacer o simplemente ignorar para poder avanzar.
Te propongo que hagas un plan para “reinventarte a ti mismo”. Pero antes de hacerlo analicemos lo que está realmente pasándote, lo que te ha llevado a estar así y lo que te impide avanzar en lo profesional.
Motivos por los cuales uno/a quiere cambiar de vida
Realmente no tienes porque haber sufrido una desgracia, un despido, una ruina económica por un proyecto fallido, un engaño o un percance del tipo que sea para tener que sentir la necesidad absoluta e imperiosa de cambiar tu vida, no.
Las “desgracias” no son los únicos culpables, quizás a veces son el síntoma de que algo va realmente mal en tu vida. Para cambiar, que sepas, hay que tratar las causas y además con total sinceridad con uno mismo. El cambio exige ser honesto contigo mismo y los demás. Exige dejar de fingir, de mentirte a ti y por ende también a los demás.
El principal enemigo del cambio de tu vida a los 20, 30, 40 o 50…
El autoengaño. El autoengaño lo tienes que dejar de lado para empezar a ver la luz de nuevo. Tienes que cambiar de traje. Dejar de ser la víctima, el acusador, el quejica o un zombi deambulando aturdido por el “ruido” que hay en tu vida.
Te tienes que poner el traje del combatiente del siglo XXI. Esta década 2020 – 2030 nos toca a todos por igual. Una década marcada por una revolución sin igual, un avance y cambio tecnológico sin precedentes, un cambio de valores, cambio en los modelos de gestión de las empresas y con todo ello una creciente incertidumbre que nos enfrenta ante todo con nosotros mismos.

Personas que aparentemente lo tienen todo
Muchas personas que lo tienen aparentemente todo, absolutamente todo; dinero, status, salud, familia, gente que la quiere y un trabajo seguro, sienten una angustia creciente de tener que cambiar de vida. Simplemente porque ya no son felices. Debido a ello van “matando los días” en base a rutinas, tratando con personas conocidas pero que ya no les aportan nada, visitando siempre los mismos lugares ya tampoco les emocionan demasiado.
Un vacío existencial que se abre delante de ti
Un vacío existencial se abre en cualquier fase de tu proceso de vida, en lo profesional, personal y/o relacional. Muy a menudo, te viene ese sentimiento de apatía o vacío en cualquier momento, y lo peor, una vez instalado dentro de tu mente y tu estado de ánimo ya no te suelta esa angustia y la necesidad resultante de cambiar de vida.
Un urgente cambio de vida
Un cambio de vida puede ser en cualquiera de sus esferas, de manera total o parcial de manera sensata y analizada o simplemente tomado en base a decisiones sin reflexión, por un impulso ansioso compulsivo que te domina.
Bien, sea cual sea lo que te haya provocado la necesidad de cambiar de vida, tu mente y cuerpo te envían mensajes que te dicen que ya no puedes seguir de la misma manera. Necesitas un cambio, pero ya. Mejorar tu estado de ánimo y recuperar la ilusión por un proyecto de vida lleno de creatividad y momentos de bienestar, más emocional que económico, la buena economía ayuda, pero no te resuelve el reto mental y emocional de que quieres cambiar de vida. El dinero ayuda o impide, según como se mire.
Reinventarse o “morir”
Reinventarse a cualquier edad en lo profesional es todo un reto. Más en un país en el cual, el cambio como tal no se estila mucho, no gusta mucho que tu cambies sin preguntar o pedir permiso a quiénes sean las figuras de autoridad y menos a todos los demás que cuando ven que tu cambias y encima a mejor pierdan esa “autoridad” sobre ti.
¿Cómo es tu contexto cultural? ¿Te facilita el cambio o te frena en seco?
Ya que me estás leyendo, te comento que quizás vives en un país, en una zona, en un entorno en un contexto cultural en el que prima lo conveniente, lo cotidiano, lo que “siempre se ha hecho así”, porque sí, dónde tu vida ya está planificada antes de nacer o antes de siquiera pensar y tomar decisiones por ti mismo/a.
Un país con fuertes tradiciones arraigadas que te obligan hacer cosas que, aunque no las sientes, si no las sigues, “quedas mal ante los demás”. Te puedes quedar fuera del círculo en el que te mueves, en el que incluso tu propia familia o circulo de amistades pueden ser el mayor freno a tu desarrollo personal y profesional.
Busca nuevos referentes
¿Tu entorno es igual de siempre y hace las cosas igual que siempre o estás rodeado de gente valiente con coraje que hacen lo mejor de su propia vida, aunque a los demás no les plazca?
Conoces a gente que no temen el “que dirán”, no temen el hecho de sentirse señalados e incluso socialmente aislados, pues entonces estás de enhorabuena, porque de esa gente “rara” tu podrás aprender a “emprender el cambio”. Pueden ser tus nuevos referentes, no lo podrán ser jamás los negativos, tóxicos, envidiosos y los que nunca han hecho nada en su vida para aportar algo más que su presencia física y demanda que les proporcionen lo que necesiten, pero sin luchar por ello, sin sacrificio y sin pérdida de algo que les retiene al hacer su camino.
¿Eres un decisorio o los demás deciden por ti?
Echa la mirada hacia atrás en tu vida y repasa los momentos que llamo “los momentos de la verdad”, momentos en los que tuviste que tomar decisiones para tu propio bien, para evolucionar, para crecer, para subir la escalera de la vida, la escalera del éxito profesional o personal.
Momentos de oportunidad que se abrieron ante ti y que no aprovechaste para nada o aprovechaste con titubeos, pensando mal de ti o los demás de ti. ¿Eres el decisorio en tu vida o los demás suelen tomar las decisiones por ti? Esta es una de las muchas preguntas, pero de las más importantes, que te puedan ayudar a salir de esta encrucijada de cambiar de vida.
Vuelvo a decir: echa la mirada hacia atrás y verifica cada paso que has dado en tu vida. ¿Lo hiciste por ti o por los demás?
El falso mito: “(tu) has cometido un error”
Eso de llamar “error” a algo que es solamente aprendizaje o de llamar “fracaso” a algo que no salió como proyectaste, me parece la peor manera de entender la vida y sobre todo de hacerte sentir culpable.
No existe el error, ni el fracaso ni la pérdida, eso no es así.
Eso es la interpretación que hace la sociedad para hacerte ver que tu sin ella no puedes existir. Te has preguntado por qué hay tantos y tantas personas que dicen y afirman que nunca han cometido ningún error, que son libre de pecados y sólo tu estás llena/o de fallos, disfunciones, errores, fracasos, dudas, inseguridades y no sé que más. Lo que te achacan y te echan en cara los cobardes (ante la vida) es siempre el mismo mantra: Tu has fracasado por intentar hacer tu camino, pero ellos lo han hecho todo genial, fuera de duda e incluso quieren servir de ejemplo de éxito social, aunque su vida sea pura “miseria humana”, precisamente por su enorme falta de empatía y asertividad.
Esos “monstruos” que se llaman humanos y al mismo tiempo minan motivaciones e iniciativas por doquier son los que inventaron la palabra error y fracaso, para que ellos estén siempre fuera de toda crítica y al mismo tiempo te puedan machacar a ti. Eso del error, ¿cuándo?
¿Estas rodeado de gente que, a eso, a lo que te pasa, solo reaccionan y dicen: “Yo, ya lo sabía”
¿Acaso tu vecino, tu amigo, colega, padre, madre, pareja, etc. son expertos en predicción? ¿Son expertos en estadística y analítica de datos vitales? ¿Son hechos unos fenómenos en algoritmos? ¿Son expertos en diseñar estrategas de vida profesionales exitosas? ¿Son expertos en la resolución de conflictos? ¿Son expertos en predecir el futuro de cualquiera con solo mirarte y echarte su mirada despectiva, que dice eso “yo ya lo sabía”? Si los hay en tu vida, que te sirva mi primera regla: “Nunca hagas caso a nadie” … (hasta haber comprobado su propia valía).
¿Qué vida lleva la gente que te rodea?
La gente que te rodea y te frena, ¿qué vida lleva? Digo vida de verdad, no la que quieren hábilmente proyectar sobre ti para que creas que el desafortunado / a eres tu y no ellos. ¿Qué han hecho en su vida por si mismos y por los demás? Realmente hacen algo por los demás o son expertos en robarte el tiempo, robarte la energía y lo peor, tu autoestima.
Los más ricos del mundo, no en términos económicos sino en experiencia de vida, no temen a los demás, no inducen al fracaso a los demás ni a tomar decisiones que a ti no te convienen. Los que tienen una vida plena, sobre todo en lo profesional: innovan, inventan, prueban, exploran, avanzan, arriesgan y una cosa muy importante: preguntan. Pero no preguntas chismosas sobre tu vida, no preguntas para saber los trapos sucios de tu casa, no. Preguntan para aprender de los demás que aportan algo a la vida y no temen el “qué dirán”. Simplemente hacen su vida igual que quieres hacer tu.
Tu Plan de acción de reinventarte a ti mismo/a
- Dale primero un nombre.
¿Cómo? ¿Un nombre? Sí un nombre. Si quieres llámalo “Plan de futuro”, pero eso es demasiado abstracto. Tiene que ser un nombre que te dice mucho, que te inspira que te motiva que te recuerda cada vez que dudas, que no hay duda, porque tu al menos tienes un plan. Pero dale un nombre. Se dan nombre a todos los planes importantes, hasta a las tormentas, todo tiene un nombre, tu perro, tu gato, tus aciertos, los denominas éxitos y las cosas que no te salen bien, también le das un nombre no’, como por ejemplo desgracia o “mala suerte”.
Aquí se trata de referirse a uno mismo en un nuevo plano, en un nuevo contexto. Es mejor para ti y tus avances, darle el nombre que quieras. Pero pon algo que te inspira.
Mi plan se llama “Mi vida”. Así de simple. Es “mi vida” la que quiero constantemente mejorar y cambiar en ella todo aquello que me genera la sensación de inutilidad y generar las ideas y decisiones que me hacen vivir la vida como realmente me gustaría y fuera de utilidad tanto para mi como para los demás. Si tu plan es un plan egoísta sin tener en cuenta a los demás, eso no es un plan sino eso es un “Instagram”.
-
Ahora haz cuentas
¿Cuentas de qué? Sí, mira hacia atrás y evoca todas aquellas situaciones en las que en tu vida has logrado superar cualquier adversidad, aunque solo fuese una duda, un temor una incertidumbre y has hecho de ello algo útil para ti y los demás.
Cuenta las veces en las que superaste las decepciones y frustraciones generadas por expectativas no cumplidas.
Mira de cerca los momentos de entereza cuando tomaste decisiones que favorecían tu desarrollo profesional y personal. Todas las veces que lograste superar una barrera por muy sutil que fuese, esos son las muestras fehacientes que sabes trazar planes y tomar decisiones. ¿Aquello lo afrontaste con valentía y coraje? Genial. Apuntalo en tu plan. Haz una lista de al menos 10 sucesos en tu vida, personal y profesional en las que supiste hacerte con la situación, a pesar de todos los temores e incertidumbres. Ya has dado el segundo paso más importante para reinventarte en tu vida.
¿Cuáles son mis puntos fuertes?
¿Cuáles son mis habilidades y actitudes que son favorable a mi y a los demás? Más simple aún ¿en qué soy bueno? Si quieres averiguarlo porque no sabes por dónde empezar, toma nota en lo que eres malo para reventar, ¿se te da mal cocinar? Pues apunta, ¿se te da mal pintar? Pues apunta. Se te da mal, pero muy mal decir que ‘NO’ pues apuntalo también.
Cuando ya hayas apuntado todo en la lista de tus defectos.
Ahora apunta al menos tres cosas que se te dan bien, pero muy bien. ¿qué no lo sabes? Pues pregunta ¡leche! Haz la pregunta a gente que no te juzga, solo te ayuda. Qué no tienes gente competente en tu vida, pues apúntatelo antes de dormir en una libreta y espera al día siguiente para preguntarte de nuevo. Pero que sepas que no es posible que no tengas algo bueno o muy bueno que ofrecer para impulsar esa nueva vida. Lo tienes.
-
Bien hecho, pero faltan más cosas
Ahora apunta todas las cosas, circunstancias externas, personas, jefes, compañeros, socios, amigos, familiares que te impiden avanzar. Apunta sus nombres y apunta el porqué.
Ahora, apunta las emociones que más te vienen y te frenan. ¿Qué es? La ira, pues tu ira hacia qué. ¿Es miedo? Tu miedo ante qué. Todo eso, míralo si es real o ficticio. Piensa de verdad si es una proyección o una manía tuya. Se sincero contigo mismo, ni empieces a culpabilizar ni tampoco a flagelarte.
Apunta a todo aquello que hace de “freno” en tu vida y empieza a darle un grado de importancia. Lo que es muy importante para ti, como freno, dale un 5. Lo que es medianamente importante un 3 y lo que poco un 1.
-
Ahora siéntate y haz una reflexión
La lista que has hecho de todos los frenos que hay en tu vida ¿son realmente frenos? ¿O son nada más que excusas? Céntrate en todo aquello que has ponderado con un 5, después los factores a lo s que le diste una importancia de un 3 y, por último, un 1. Empieza por lo más importante para ti y termina con lo menos importante. Finalmente, quédate con los “tres frenos” más importantes en tu vida.
-
Y ahora ¿hago el plan de acción?
No. Aún no, ahora busca herramientas nuevas de gestión.
Herramientas y prácticas de relajación, de visualización y meditación. Ahora tienes que entrar dentro de ti. Tienes que hacer una introspección, mirar hacia dentro.
Las respuestas de dónde salen, de dónde nacen están todas dentro de ti y no de mi. Ni de nadie, porque nadie sabe lo que es lo mejor para ti. Nadie, mejor que tu.
Aprende técnicas primero de relajación y observa tu mente, lo flipada que está. Después haz ejercicios guiados de visualización para generar nuevas imágenes en tu mente, sustituir las antiguas y poner nuevas en las que te ves en ese nuevo estado de vida.
La mejor herramienta para averiguar lo que tienes que cambiar en tu vida para poder reinventarte a los 20, 30 , 40 o 50 es aprender a meditar.
Te darás cuenta lo que tu mente hace contigo. Que no dominas nada, sino tu mente con sus cosas te domina a ti.
Toma nota de todo lo que sientes, lo que te viene a la mente, de emociones, de personas. Y tómate tu tiempo, a) para aprender adecuadamente las técnicas y b) para practicar. Para entrenarte. Te tienes que entrenar para poder innovar. Integrar nuevas herramientas en tu vida diaria. Yo te recomiendo esos 3 porque no hacen daño a nadie sino solo sacan a la luz la verdad de tu mundo interior que es el que más vale y valor tiene a la hora de emprender un cambio en tu vida.
-
El informe “final”
Analizando toda la situación, usando las nuevas herramientas, preguntando y observándote a ti mismo y a tu entorno, siendo honesto contigo mismo, haz un informe final de tus conclusiones. Pero de verdad. Un folio, como mucho dos. Claro – corto y conciso. Nada de proyecciones. Haz un resumen de tus conclusiones.
8. Revisa
Tus conclusiones del informe final, repásalas un par de días o semanas, el tiempo que necesitas para darte cuenta lo que realmente es y no importante para ti, lo que proyectas o crees que realmente es.
Si ya tienes las causas de tu “sufrimiento” particular y has sido honesto contigo mismo, entonces tienes en tu mano el punto de partida para diseñar el nuevo plan de vida, reinventarte cada día, ya no es tan fuerte la duda de “qué hacer con mi vida”.
-
El plan
Ante todo, y por encima de todo, entiende que el plan no funcionará
- a) si de ahí no hay beneficio para los demás
- b) si solo es un plan de justificación y
- c) si no te comprometes contigo mismo de ejecutarlo. Si no lo ejecutas, será como la promesa de año nuevo.
¿Cómo es mi nuevo plan de comenzar una nueva vida?
Tú plan de debe tener 3 patas:
1ª pata: Define tu modelo de vida (de tu nueva vida)
Ejemplo: Una vida profesional más independiente, o más dependiente, más abierto al cambio o más cerrado a tantas tentaciones, viajarás más o ahora menos, leerás más y cambiarás de tipo de lectura, aprenderás un idioma, te quieres casar, montar una empresa, cerrarla. Describe tu modelo de vida. ¿Cómo quieres desenvolverte en esta nueva vida?
2ª pata. Apunta a todas las personas que van dentro de tu plan, como las que no
Sí, haz una selección de las personas que deben formar parte de tu plan y las que no. Para adentro todos los que te aporta y hacia fuera todos los que te resta.
Sin dudarlo. Sin sentimiento de culpa. Hazlo.
3ª pata: Apunta los beneficios resultantes de tu plan
Responde claramente a la pregunta. ¿En qué me beneficiará el plan? ¿En qué beneficiará el plan de vida a los demás?
Ya que reinventarte a los 20, 30 , 40 o 50 no es igual a abandonar a tu empresa, trabajo, familia, amigos, etc. Es un ejercicio de máxima responsabilidad para contigo mismo y los demás.
¿Estás dispuesto a pagar el precio por el cambio? Todo cambio exige dejar atrás y también ofrece acoger cosas y personas nuevas.
¿Estás dispuesto a seguir adelante, aunque tu entorno te cuestione? Dispuesto a ir a por ello, ¿“caiga el tonto que caiga”?
- revisión diaria de tu plan
Antes de ir a dormir, lee el informe final y toma nota de las decisiones que has tomado, apunta tus sueños, apunta las reacciones de la gente, date cuenta cómo tu mundo cambia, quizás primero a peor, es normal, nada extraño si primero has de tocar fondo. Pero que sepas que es tu plan, TU PLAN DE CAMBIO DE VIDA.
Te la estás jugando si actuarás por impulso, por miedo o por rabia. Reinventarse a la edad que sea y llevar una nueva siempre parte de la introspección y un análisis hecho por y para ti mismo. Tu plan si es asistido por gente que sabe, por personas expertas de verdad, aún mejor. Si estas personas no tienen relación alguna contigo, aún mejor, así no están contaminadas ni condicionadas por todo lo que ya saben de ti.
¿Y ahora qué?
Pues, disfruta del camino. Camina. Da pasos. Mira hacia delante, mira atrás, pero sin culpa. Mira cada paso que das. Sigue haciendo ejercicios de relación, de visualización y meditación.
Toma decisiones y sobre todo tómalas de manera progresiva, observa lo que el cambio está provocando en ti. Toma nota y disfruta. Que sepas que si urge el miedo “el miedo es el camino.”
Los resultados que puedes esperar una vez reformulada la pregunta “no sé qué hacer con mi vida”.
Tu cambio se hará efectivo, lo verás, lo sentirás y eso te hará aun más consciente y fuerte para tomar más decisiones y a “soltar”, a soltar piedras, personas, cosas, lo que sea. Y tomar decisiones para aprender que es lo más bonito del mundo. Ahora vendrá nueva gente a tu vida sin tu buscarla. Gente maravillosa, pero no bajes la guardia, cuando de nuevo actúas como en el pasado, vendrá a tu vida lo mismo de antes. Si pasara eso, no pasa nada mientras seas consciente.
Anda y no para. Tiempo no te queda ni se te regala. No habrá una prórroga en tu vida, eso no depende de ti, solo existe el momento actual y ese mejor que lo vivas de manera consciente y plena. Merece la pena. MERECE LA PENA.
Muchas gracias por tu tiempo.
¿Quién soy?
Me llamo Mike Mösch. Nací en Oberkassel (Alemania) y vivo en Sevilla.
El lema de mi vida:
“De nada sirve el ingenio sin la desvergüenza” (Jacinto Benavente). Es una regla fundamental que aplico a todo y creo es una parte importante de que los proyectos de cambio se hagan realidad. Que sepas que puedes ser muy inteligente, un genio incluso, una persona extraordinaria, un diamante, pero no tener suerte alguna al no “quitarte la vergüenza” en los momentos de verdad, los momentos más decisivos en tu vida.
Un pensamiento muy grabado en la piel y en mi mente por mi origen alemán: “La confianza es buena, pero el control es mejor”, era originariamente “ley” de mi padre, mi referente absoluto en la vida como persona extremadamente generosa y visionaria a la vez en todo lo profesional. Aunque pensé de verdad que era un ser inmortal, murió con mucho dolor en noviembre del 2019.
Soy licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Facultad de Ciencias Aplicadas del Bajo Rin en Renania Westfalia (Alemania). Llevo trabajando como formador, conferenciante, asesor y docente (freelance) desde hace 25 años.
También fundé en 1.995 el Instituto Alemán de Comercio Internacional – IACI y en 2005 la única Escuela Alemana de Negocios Internacionales de habla hispana con sede en España.
Puse en marcha mi primer proyecto empresarial a los 16 años, importando desde Taiwan instrumentos musicales para su reventa en Alemania. Era mi época quizás más “excitante” debido a una actividad de negocio que me nacía desde dentro (al ser músico de vocación) y que además me proporcionó unos fabulosos ingresos extra.
Es verdad que siento que tengo la inmensa fortuna de haber podido convertir en realidad prácticamente a todos los proyectos y sueños que tuve hasta ahora: Vivo en el país que libremente elegí hace 25 años, trabajo por mi cuenta en lo que más me encanta y creo que sirve a los demás y estoy acompañado por la persona más importante y maravillosa que hay en mi vida.
Trabajo constantemente para mejorar, innovar y generar propuestas que tienen valor para la gente. He podido formar a más de 5.000 profesionales en cómo desarrollarse y desarrollar sus negocios. He participado en más de 300 proyectos de asesoramiento sobre la eficiencia y mejora en las empresas con ambiciones transnacionales.
Mi fe: Tengo una fe absoluta en la vida, la que me da y me quita justo lo que necesito en el momento, lugar y el orden preciso. Pido a ‘Tara’ cada día y de verdad sé que manda la fuerza para seguir con alegría.
https://www.linkedin.com/in/mikemosch/
“Compórtate en tu vida como en un banquete. Si algún plato pasa cerca de ti, cuídate mucho de meter la mano. En cambio, si te lo ofrecen, coge tu parte. Haz lo mismo con tus riquezas, amigos, parejas, familia o cualquier otro aspecto. Si puedes lograrlo, serás digno de sentarte a la mesa de los dioses. Y si eres capaz, incluso, de rechazar lo que te ponen delante, tendrás parte de su poder”. (Epícteto).
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!