Cuando todo falla ¿Yo?… ¡a la playa!

Resulta que no siempre las cosas se producen en tiempo forma y lugar como deseamos. Emprender es un constante ir y venir de cosas, asuntos, personas y proyectos posibles, pero ya os digo que cuando la cosa no se presenta como lo deseado, proyectado y objetivizado, entonces toca reflexión y sobre todo paciencia. De ahí el título de este artículo que lo que pretendo es solidarizarme con todos aquellos y aquellas empresarios y empresarias que en su día a día, semanas y semanas de lucha intentan conseguir sus objetivos y realizar sus proyectos con todo el cariño del mundo pero ven que la cosa aparentemente se resiste. Pero no se resiste, porque creo firmemente en el tiempo de maduración de un negocio, es como un niño que hay que enchufarle mucha materia vital para que pueda crecer y darse cuenta de cómo funciona el mundo. El tiempo de maduración de un negocio es y sigue siendo el gran misterio de los negocios, dependemos de factores tanto externos como internos a nuestra empresa, que en vez de ayudar, limitan la expansión del mismo.

Hay una habilidad directiva que no se compra que no se adquiere en ningún curso sea lo caro que sea y que está dotada de una magnífica docencia, esa es la “calma”. La calma mental para mi es el primer ingrediente de un empresario de los del futuro, porque lejos de tomar los vaivenes como “putadas” los toma como cosa natural, aun y a pesar de las presiones de la tesorería, compromisos de pago a proveedores y similares.

Calma, la calma es la principal virtud, la principal fuerza que nos retiene para no desfallecer y dudar de lo que estamos haciendo. Hoy es un día de calma, a pesar de todo ya que sin calma, el ansia de logro se hace con nosotros y nos lleva por delante. Después recomponerse es costoso en todos los términos de la existencia humana. La calma es y será aquello que diferencia a un líder de verdad de un directivo de facto. Sólo con calma podemos darnos cuenta de la realidad última de las cosas, desprendernos de autoengaños y falsas proyecciones e interpretaciones. Os deseo calma amigos y compañeros de viaje del emprendimiento, a veces la mejor acción es la NO – acción y para lograrlo, eso de resistirte a actuar sin pensar, pues si vas a la playa a descansar, mejor y más barato que actuar por re-acción e impulso e impaciencia. Quien dice playa, dice retiro, deporte o charlas amistosas y encuentros familiares.

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¡¡Que la calma os acompañe empresarios y empresarias!!

Con mucha calma y si no, a la playa… 😉

Mike Mösch

Director Ejecutivo de IACI-Escuela de Negocios

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